Este martes 22 de julio, la ciudad de Córdoba fue escenario de dos eventos paralelos que reflejaron con claridad el clima político que atraviesa la Argentina.
De un lado, el presidente Javier Milei encabezó el “Derecha Fest”, un encuentro libertario que se autoproclamó “el festival más anti-zurdo del mundo”. Del otro, organizaciones sociales, culturales y gremiales realizaron la “Pueblada Fest“, un festival abierto en rechazo a su visita y sus políticas.
Ambos actos expresaron no solo posiciones ideológicas antagónicas, sino también estilos profundamente distintos. Mientras el Derecha Fest se realizó en el exclusivo Hotel Quorum, con entradas de $35.000 y una grilla de panelistas que incluyó a figuras como Agustín Laje, Nicolás Márquez y el propio Milei, la Pueblada Fest tomó Plaza Colón con música en vivo, ferias populares, performances artísticas y acceso gratuito.
En el hotel, el tono fue doctrinario, con discursos centrados en la batalla cultural, críticas al peronismo y a los medios. Durante el cierre de Milei reivindicó su modelo económico y aseguró que “la Argentina está saliendo del pozo”.
En la plaza, en cambio, el aire fue de protesta festiva, con vecinos, militantes y trabajadores que entre banderas, ollas populares y guitarras, denunciaron recortes en salud, educación y jubilaciones.
Si el Derecha Fest simbolizó el avance de un proyecto liberal conservador que busca reconfigurar la política desde arriba, la Pueblada Fest fue la respuesta desde abajo: una expresión de los sectores que se sienten excluidos y afectados por el mismo proyecto.
