El fiscal de Delitos Complejos y Violencia Institucional Ezequiel Hernández confirmó que la audiencia se realizará el próximo 19 de febrero, para oficializar la atribución del delito de hurto calamitoso a W.A., personal policial de 45 años sospechado de haber hecho desaparecer los teléfonos celulares de los domiciolios donde el agente penitenciario Facundo Solís cometió el quíntuple femicidio.
De la escena del crimen en barrio Santa Lucía faltaron tres celulares, y lograron recuperarse dos: el de Mariela Noguera, que lo tenía en la cartera que portaba ese día; y el de su hijo, que estaba cargándose dentro de la casa.
La causa ya tiene imputada por el delito de encubrimiento a una vecina de las víctimas, en propiedad de quien se recuperó el teléfono de Mariela.
El “hurto calamitoso” configura una de las modalidades del hurto calificado y se caracteriza por el hecho de ser cometido con ocasión y aprovechamiento de las facilidades resultantes de una calamidad o desgracia generales, tales como inundación, incendio, terremoto, hundimiento, o bien en circunstancias aflictivas para la víctima del delito, como sucedería durante el sepelio de una persona vinculada con la víctima del delito.