Un santotomesino de 70 años estuvo dos meses en coma, inconsciente, debido a un fuerte cuadro de coronavirus que le provocó una pulmonía bilateral, entre otras complicaciones respiratorias. Y a pesar de que por momentos los diagnósticos hacían perder la esperanza de que pudiera recomponerse, el hombre venció a la enfermedad, se repuso y este miércoles contó su historia en Dame Radio por LT9.

"En agosto empezó con síntomas primero mi nuera, enseguida pedí el hisopado, me dio positivo. Tuve fiebre el 12 de agosto, luego se contagió mi señora. Continuamente me llamaban del hospital de Santo Tomé, nunca pensamos que iba a ser lo que después resultó siendo", comenzó el relato de la pesadilla Domingo Della Giustina en diálogo con Adrián Brodsky.

Según recordó, el cuadro se agravó el 17 de agosto a la madrugada cuando se cayó en el baño debido a una descompostura general. "Nunca me enteré de eso. También me caí en la calle cuando me llevaba mi señora porque los médicos no me querían tocar. Me tuvo que subir ella sola a la ambulancia. Me llevaron, me fui sin respirar, no tenía oxígeno en sangre. Ahí empezó el dilema de si me moría o no me moría".

"Llegué ese día al Hospital Cullen en estado de coma. El 18 llamaron a mi familia y les dijeron que había un 90 por ciento de posibilidades de que me muera y el 10 restante de que me pueda salvar. Ahí empecé con todos los tratamientos, estuve entubado 17 días,  luego me hicieron traqueotomía, ahí tuve neumonía bilateral. Nunca había tenido neumonía, siempre me he vacunado para todo, me he cuidado mucho siempre. En el Cullen estuve 35 días, cuando mi hija me vio no lo podía creer, había perdido más de 20 kilos. Era una tabla, nunca me moví de la posición que estuve ni nadie me podía ver", continuó.

Luego fue trasladado al Sanatorio Santa Fe, también a terapia. "Ni siquiera podía ver la luz, hasta que pude empezar a abrir los ojos y a sentir el contacto de la gente. Pero seguía sin moverme, no me acuerdo de nada, no supe si tuve problemas de respiración. Lo único que supe es que soñaba de todo. Tenía muchos sueños, que según el médico que me atendió eso me ayudó a que no tenga ningún problema neurológico y a recuperar la conciencia", amplió Della Giustina.

En el centro de salud privado estuvo otra vez más de 30 días y luego lo enviaron a su casa con internación domiciliaria. "Siempre estuve en terapia, cuando me bajaron en la camilla en casa nadie me podía mirar, tenía dolores en las piernas que pensaba que me las cortaban. Ahora estoy recuperándome gracias al apoyo de la kinesióloga, de dos médicos que me atienden y de dos chicas que me ayudan", expresó.

Y agregó: "En el momento que salí y al tercer día me volvieron a internar. Ahí creía que me quedaba, tenía consciencia y no podía respirar, se me había movido la traquea por la tos y el efuerzo que hacía para hablar. Volví al tercer día sin nada, sin sonda, llegué y empecé a hacer la recuperación con la familia, médicos y amigos".

"Aparte de la medicina, acá me dio una mano mi amigo Jesús. No sé cómo voy a hacer para agradecer a toda la gente por las oraciones", reconoció con humor el septuagenario que ahora sigue en tratamientos para intentar lograr la plenitud previa a su experiencia con el coronavirus.

Hacia el final, el hombre reiteró el pedido de mantener los cuidados para evitar que el virus se propague y la gente se enferme, como el uso de barbijo, la reducción de contactos sociales, la ventilación de los ambientes, el lavado de manos y la higiene en general. 

"No puedo creer que haya gente que no se cuida, piensan que no les va a agarrar, y lamentablemente esto es muy grave. Hay que tomar conciencia, no puede ser que sigan las reuniones de 80, 100, 200 personas. Tenemos que pensar en los se quedaron en el camino. Cuando salí, agradecí porque los que estaban cerca mío se quedaron, la mayoría", concluyó Della Giustina.

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