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Carne: Entre la exportación y la mesa de los argentinos

— Cristian Berardi

MIÉRCOLES 29 DE SEPTIEMBRE DE 2021

Nuevamente se pone en vista de todos la problemática de los precios internos y las exportaciones de carne vacuna, principalmente a China.

Con respecto a los precios internos, en una nota anterior vimos cómo había un correlato entre las exportaciones récord de argentina en el 2020 y el precio de la carne en los cortes internos, el mito de la vaca vieja sin afectar los precios se caía por el precipicio, y no específicamente porque se consumiera este tipo de carne en las mesas de los argentinos, sino que aparte de exportar vacas viejas, también se exportaban vacas enteras propias del paladar argento, en dónde estás si realmente afectan los precios de los cortes de consumo interno.

El cierre de las exportaciones por parte del Gobierno Nacional parecía a principio una mala decisión, ya que en un contexto de necesidades de divisas era totalmente contraria la posición de cesar las exportaciones. Estas últimas en el 2020 habían proporcionado a la Argentina aproximadamente, USS 3.000 millones.

La contraofensiva por parte de los propietarios de ganado fue no enviar a faenar sus bovinos en casi todo un mes, mostrándole al Gobierno Nacional su descontento con la medida. Por lo anterior se tuvo que el precio de la carne no bajó, ya que la oferta se retrotrajo, y se empezaron a consumir stocks de cortes almacenados en las cámaras de los frigoríficos.

La posición de los mataderos y frigoríficos también se mantenía alineada con los propietarios del ganado, ya que si hay menos exportaciones, hay menos trabajo para realizar, por ende, menos personal para seguir contratando. Era una espada de doble filo que ponía al gobierno en aprietos, no mejoraba el precio interno y tampoco mejoraba las expectativas de mantener puestos de trabajo en ese rubro.

A pesar de esto se decidió proseguir con la medida anunciada. Por su parte AFIP analizó los frigoríficos que exportaban y se pudo vislumbrar un negocio que iba más allá de una reducción de costos por trabajar en escala al vender la vaca entera, este negocio era el “rulo cárnico”. Este constaba de comprar en Liniers ganado a precios superiores para garantizarse la compra, afectando el precio interno aumentando el valor del ganado, para luego terminar el negocio exportando de forma no regular a través del mercado financiero del dólar contado con liquidación. El efecto era adverso en varios sentidos: no era competencia leal con los frigoríficos que si exportaban por el mercado formal, generaba distorsiones en los precios internos elevando la adquisición por cabeza de ganado, y tampoco tributaban al fisco.

Con el cierre de las exportaciones se aumentaron los controles de evasión, se reglamentaron nuevas medidas para los frigoríficos que si iban a poder exportar, y se prohibieron la salida de cortes de consumo local. Con esta nueva batería de medidas, se empezaron a abrir las exportaciones a un nivel del 50% del promedio exportado acumulado hasta el mes en curso que se realizará la exportación.

Para el segundo mes de las medidas, se empezaron a observar cambios en las variaciones de los precios internos, es decir en góndolas de supermercados y carnicerías barriales. Como se puede apreciar en el cuadro, los precios que venían teniendo sustanciales variaciones a nivel mensual, empezaron a desacelerarse.




Fuente: elaboración propia en base a datos del informe de Precios de Supermercados de Santa Fe (IPS) elaborados a relevamientos mensuales de precios on-line de los supermercados en Santa Fe.


Antes de la medida del Gobierno Nacional, los aumentos de precios del rubro carne eran muy por encima del promedio de productos comercializados en los supermercados de Santa Fe relevados por el CESO, observando en abril y mayo sus picos que fueron de 9,20% y 13,10% respectivamente.

Luego de la medida a finales de junio, ya la inflación en carne vacuna en Santa Fe se había desacelerado a 3,12%. Esta variación para ser un nivel mensual es alto, pero en comparación a los meses anteriores era cuatro veces más bajo, y si seguimos observando que en agosto se ve un descenso al 0,30%, es decir casi no tuvo variación con respecto a los precios de julio.

Si observamos la línea de acumulados, la línea roja siempre fue por arriba de los precios promedios en los supermercados (línea verde), pero para el mes de mayo ya era más de 20 puntos porcentuales por encima.

Si analizamos el impacto que tienen estos 20 puntos porcentuales, tengamos en cuenta que solo el rubro carne en la canasta básica alimentaria representa un 44% de la misma, gastándose en mayo $5.620 en cortes de carne de los $12.711 necesarios para adquirir toda la canasta alimentaria que necesita un adulto equivalente. Este 13,10% representó a su vez gastar en mayo $128,08 más para adquirir los mismos cortes adquiridos en abril.

Si hablamos de una familia tipo de cuatro integrantes, fue necesario gastar $395,78 más para adquirir lo necesario kilocalóricamente en mayo comparado con lo gastado en abril, y si lo pensamos en kilos ($700/kg) es aproximadamente más de medio kilo de carne menos consumido por una familia si el salario no lograba comprar ese incremento observado en un solo mes.

Para julio, luego de que las restricciones a la exportación pasaran de 100% al 50%, se veía un acumulado en 7 meses del 56,56% de aumentos en comparación al acumulado del IPS del 31,10%, y para agosto el acumulado de carne llegó al 53,02% mientras que el IPS al 35%. Si bien siguen siendo numero altísimos de incrementos para los salarios, vemos que hubo una desaceleración abrupta de un 13,10% a un 0,3%, produciendo en la línea roja un amesatamiento de la misma. Los precios no han descendido, pero se ha logrado que no crezcan a niveles irracionales.

Por el lado de la oferta es otro cantar, para los productores y frigoríficos limitar las exportaciones no generan un horizonte a mediano/largo plazo óptimo para incrementar la producción. Recordemos que la provincia de Santa Fe tiene una actividad ganadera por excelencia, logrando casi el 44% de las exportaciones al exterior por sí sola, introduciendo al sistema financiero argentino más de USS 1.300 millones por año.

Las nuevas noticias de una flexibilización sobre las restricciones, pasando a poder exportar nuevamente vacas de conserva y manufacturas a China, aumentan las expectativas por el lado de la oferta. Esta nueva flexibilización del “CEPO” de exportación vacuno pasaría del monto del 50% al 80% aproximadamente, logrando que el 2021 también sea record en cuanto a niveles exportados.

Es una noticia tomada a bien para el gobierno de la provincia de Santa Fe, que desde el momento cero estuvo en contra manifiestamente de las restricciones a las exportaciones impuestas por el gobierno nacional, y al parecer han sido tomada en cuenta los reclamos realizados por la misma.

Como corolario tenemos con el diario del lunes que la medida efectivamente, como se ve en el cuadro esbozado, fue correcta en desacelerar los precios locales, y no solamente por haber volcado más kilos al mercado interno, sino que en mayor medida fue haber desarmado negocios especulativos que no beneficiaban a más que unos pocos en detrimento del pueblo argentino y en particular a los santafesinos. 


*El autor es economista del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (Ceso)

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