El nuevo triunvirato de la CGT, que conducirá la central obrera hasta 2029, asumió con un mensaje al Gobierno nacional: sin concesiones de derechos laborales.
Cristian Jerónimo, uno de los tres secretarios generales, afirmó que no aceptarán una reforma “sobre los derechos adquiridos, ni sobre los convenios colectivos”.
Consultado sobre si esta será una CGT dialoguista, el dirigente del sindicato del Vidrio fue contundente: “No hay que ponerle ese mote. Vamos a luchar lo que sea necesario”.
Dijo que tienen “muy en claro los intereses de los trabajadores” y advirtió que “si el Gobierno viene con una postura intransigente y agresiva”, la CGT tiene “herramientas de lucha”.
Tensión con el Ejecutivo nacional
Jerónimo sostuvo que “está a la vista que el presidente dialoga muy poco y no termina cumpliendo lo que se compromete”.
Explicó que la nueva conducción de la CGT asumió hace pocas horas y que “en los próximos días” definirán la estrategia de la central de aquí en adelante.
Sobre la interna sindical, evitó polemizar con la UTA: “No sé, no quería un triunvirato y querían un secretario general”, respondió.
Rechazo a la reforma laboral
El dirigente recordó que “frente al DNU 70 tuvimos un paro a los pocos días” y luego “una lucha jurídica”, ya que el capítulo laboral “está en la justicia”.
Aseguró que seguirán “trabajando con inteligencia y construyendo fortaleza, con mayor representatividad y federalismo”.
Al comparar la gestión de Javier Milei con la de Carlos Menem, Jerónimo fue tajante: “Es un espejo de aquellos tiempos”.

“En la reforma laboral -prosiguió-, ninguna tuvo eficacia. Desde que se quitaron las multas a las empresas se perdieron muchos puestos de trabajo y creció la informalidad”.
Agregó que “no es el rumbo para el trabajador” y planteó que en el futuro “tienen que ser incluidos en el sistema y no facilitando el sistema al empresario”.
El desafío de representar a los jóvenes
Jerónimo también habló sobre la baja sindicalización en las nuevas generaciones: “Es una discusión cultural que hay que dar en Argentina”, contestó.
“Este gobierno lo plantea desde un lugar efímero, lo de ser tu propio jefe, porque necesitan eliminar las instituciones gremiales”, añadió.
Admitió que el sindicalismo debe adaptarse y fortalecer la comunicación, con la “responsabilidad de generar conciencia en los trabajadores y en la sociedad”.
“Los jóvenes no están consiguiendo trabajo y hay que demostrar lo que representa un gremio en sus vidas: desde el nacimiento de un hijo hasta el turismo o la salud”.

Lucha, equilibrio y justicia laboral
El dirigente defendió la acción gremial frente a los conflictos recientes en el Garrahan y en el sector docente: “Nada se gana sin lucha”.
“Cuando se agotan las instancias de diálogo y uno no acciona, te pasan por encima”, señaló y marcó como “un desafío enorme el de construir fortaleza y representatividad, con el mayor grado de unidad”.
Por último, se refirió a la litigiosidad laboral y pidió equilibrio: “No promovemos los juicios laborales, pero tampoco nos podemos ir al otro extremo de que un trabajador no tenga derecho para reclamar judicialmente cuando se sienta explotado o en negro”.






















