Tras ignorar los presupuestos de 2024 y 2025, el presidente Javier Milei anunció que finalmente presentará el Presupuesto 2026 este lunes 15 de septiembre, en cadena nacional. Una decisión que, más que novedad, parece un recordatorio tardío de la ley y de los compromisos con el FMI.
Durante los años en que los proyectos deberían haberse presentado, la política económica avanzó sin números oficiales y el Congreso se quedó esperando, mientras la sociedad y los expertos cuestionaban la transparencia fiscal del Ejecutivo.
Ahora, con la presentación del 2026, Milei busca mostrar formalidad y orden fiscal, aunque para muchos críticos el gesto llega después de dos años de ausencia, dejando en claro que la puntualidad legislativa depende del calendario presidencial.
¿Por qué es importante contar con un presupuesto anual?
El presupuesto no es solo un trámite legal: define cómo se administran los recursos del Estado, cuáles son las prioridades de gobierno y permite al Congreso y a la sociedad controlar la transparencia fiscal. Es la guía que posibilita planificar políticas públicas en áreas esenciales como salud, educación, seguridad e infraestructura, y garantiza que los programas sociales y las inversiones se financien de manera ordenada. Además, sirve como herramienta para cumplir compromisos internacionales, por ejemplo con el FMI, y evitar desbalances fiscales que puedan generar inflación o endeudamiento excesivo.
La ausencia de los presupuestos de 2024 y 2025 dejó un vacío preocupante: decisiones económicas se tomaron sin marco oficial, aumentando la incertidumbre política y financiera, y debilitando la confianza de expertos, gobernadores y la sociedad.
Con la presentación del Presupuesto 2026, Milei busca revertir esa percepción, aunque para muchos críticos el gesto llega después de dos años de retraso, esto deja en evidencia que la planificación y la puntualidad legislativa dependen más del calendario presidencial que de la ley.
