El canciller Pablo Quirno destacó, en su cuenta de X, las declaraciones del ministro de Exteriores de Israel, Gideon Sa’ar, en la que defendió el reclamo de soberanía sobre las islas Malvinas y tomó distancia de la actividad petrolera en el Atlántico Sur que desarrollará una empresa de capital israelí en el archipiélago bajo control británico.
El pronunciamiento se produjo luego de que la petrolera Navitas Petroleum comunicara que su filial británica, Navitas Petroleum Development and Production, llevará adelante tareas de exploración y explotación ‘off shore’ en el Atlántico Sur, en un área cuya soberanía es reclamada por Argentina.
Históricamente, la postura soberana argentina sostiene que tales iniciativas violan resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que instan a las partes a evitar decisiones unilaterales mientras persista la controversia por las Malvinas.
El gobierno de Javier Milei responsabilizó al Reino Unido por conceder licencias de exploración y explotación a través de la administración isleña y extendió su reclamo a las empresas y países relacionados. La participación de Navitas Petroleum, fundada en Israel y con sede operativa británica para este proyecto, motivó la presentación diplomática ante Jerusalén, conforme a la política de Estado que Argentina ha sostenido históricamente cada vez que se anuncian actividades hidrocarburíferas en el área en disputa.
El yacimiento Sea Lion contempla inversiones superiores a USD 2.000 millones y una producción proyectada de decenas de miles de barriles diarios. Para la administración argentina, el volumen económico del proyecto no altera el eje del conflicto, centrado en la explotación de recursos naturales en una zona bajo disputa de soberanía.
En la Cancillería argentina interpretaron la declaración de Saar como un gesto que permitió encauzar el incidente dentro de los caminos habituales de la diplomacia, evitando una escalada bilateral. Consideraron que la distinción explícita entre una iniciativa privada y la posición del Estado israelí fue una señal de respeto hacia el reclamo argentino.
Desde su llegada a la Casa Rosada, el gobierno de Milei ha profundizado el vínculo estratégico con Israel, país al que identifica, junto con Estados Unidos, como su principal aliado internacional.
La Cancillería informó que la protesta formal sigue vigente y que el país continuará utilizando herramientas diplomáticas, administrativas y legales para desalentar estas actividades. Navitas Petroleum figura en listados de firmas sancionadas por operar sin autorización en áreas bajo jurisdicción argentina, lo que refuerza la posición oficial en la disputa.






















