A menos de nueve meses para el inicio del torneo, el organismo rector del fútbol dio a conocer el esférico que rodará en la máxima cita. Su nombre, Trionda, fusiona dos conceptos: el “Tri” en referencia a las tres naciones anfitrionas, y la “Onda”, como metáfora del movimiento, la energía y la unión cultural que pretende irradiar el campeonato.
Una identidad compartida
El diseño del balón refleja la esencia de cada país organizador. El blanco domina como color base, mientras que tres tonalidades completan la identidad tricolor:
Rojo, símbolo de Canadá y su inconfundible hoja de arce.
Verde, en homenaje a México y su emblemático águila.
Azul, inspirado en Estados Unidos, acompañado por sus estrellas.
Además, los emblemas oficiales de cada sede y la icónica silueta de la Copa del Mundo aparecen distribuidos en la superficie, reforzando la idea de unidad entre las naciones.
Tecnología al servicio del juego
Más allá de lo estético, la pelota introduce una novedad clave: está fabricada con solo cuatro paneles, lo que le otorga mayor precisión en los golpes y un recorrido más estable. Este avance confirma la tendencia hacia estructuras cada vez más minimalistas en comparación con los 32 paneles de los balones clásicos.
En Sudáfrica 2010, la recordada Jabulani también tenía cuatro. Mientras que en Brasil 2014, la Brazuca incorporó seis. Por su parte, en Qatar 2022, la Al Rihla utilizó veinte.
Con Trionda, la FIFA apuesta a combinar tecnología de punta con un fuerte mensaje de identidad y unión continental. Será, sin dudas, una de las protagonistas del Mundial 2026, el primero en la historia organizado de manera conjunta por tres países.
