Las altas temperaturas, propias de nuestra región, se ven potenciadas por el fenómeno conocido como “isla de calor”: la temperatura aumenta en puntos aislados dentro de un territorio, las ciudades, mientras que en el ambiente urbano puede haber una diferencia de temperatura de hasta 10 ºC.
La vegetación tiene un papel fundamental para mejorar las condiciones ambientales a su alrededor, en primer lugar, porque actúa regulando la temperatura, por ejemplo: en entornos cálidos, la presencia de vegetación puede llegar a refrescar la temperatura entre 1º a 5 ºC. Por otra parte, además genera brisas que refrescan el ambiente alrededor de las viviendas, así como brinda protección solar y aislamiento térmico, ya que la vegetación obstruye, filtra y refleja la radiación solar.
“Proponemos que se evalúe la alternativa de generar calles con pérgolas y enredaderas sobre las paredes porque notamos que en nuestra ciudad muchas veredas no tienen el ancho suficiente como para plantar un árbol público, entonces la acera, la calle y los frentes de las casas quedan expuestas al sol durante largas horas, conservando altas temperaturas aún en horas de la noche” explicó Marcelo Ponce, autor del proyecto.
“Tenemos que volver la naturaleza a los espacios públicos, pero de una forma aislada o puntual, sino a través de una intervención integral, que genere una red de corredores que para generar una “piel verde” que no se caliente como el asfalto o la acera, y que sea capaz de generar un descenso de la temperatura a escala de barrio”, finalizó el concejal.