La Franja de Gaza probablemente se sumirá en una hambruna si Israel no levanta su bloqueo y detiene su campaña militar, indicaron el lunes expertos en seguridad alimentaria en una sombría advertencia.
Casi medio millón de palestinos enfrentan posible inanición, viviendo en niveles de hambre “catastróficos”, y 1 millón más apenas pueden obtener comida suficiente, según hallazgos de la Clasificación Integrada de Fases de Seguridad Alimentaria (IPC, por sus siglas en inglés), una autoridad internacional líder en la gravedad de las crisis de hambre.
El grupo señaló que “existe un alto riesgo " de hambruna total si las circunstancias no cambian.
Israel ha prohibido todo ingreso de alimentos, albergue, medicinas u otros bienes al territorio palestino durante las últimas 10 semanas, incluso mientras lleva a cabo oleadas de ataques aéreos y operaciones terrestres.
La población de Gaza, de unos 2,3 millones de personas, depende casi por completo de la ayuda externa para sobrevivir, ya que la campaña militar de Israel —iniciada hace 19 meses— ha eliminado la mayor parte de la capacidad de producir alimentos dentro del territorio.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel rechazó los hallazgos, diciendo que las previsiones anteriores de la IPC habían demostrado ser infundadas y que el grupo subestimó la cantidad de ayuda que ingresó a Gaza durante un alto el fuego este año.
Se agotan los alimentos
Las existencias de alimentos se están agotando de forma drástica. Las cocinas comunitarias que reparten comidas cocinadas son prácticamente la única fuente de alimentos que queda ahora para la mayoría de las personas en Gaza, pero también están cerrando rápidamente por falta de suministros.
Miles de palestinos se agolpan diariamente ante las cocinas públicas, empujando y forcejeando con sus ollas para conseguir lentejas o pasta.
“Acabamos esperando en la fila durante cuatro, cinco horas, bajo el sol. Es agotador”, se lamentó Riham Sheikh el Eid mientras aguardaba el domingo en una cocina en la ciudad sureña de Jan Younis. “Al final, nos vamos con las manos vacías. Es insuficiente para todos”.
El hecho de que no haya una declaración de hambruna no significa que la gente no esté ya muriendo de hambre, y una declaración no debería ser una condición previa para poner fin al sufrimiento, dijo Chris Newton, analista del organismo sin fines de lucro International Crisis Group, quien está enfocado en el uso de la inanición como arma de guerra.
“El gobierno israelí está matando de hambre a Gaza como parte de su intento por destruir a Hamás y transformar la franja”, apuntó.
Israel exige un nuevo sistema de ayuda
El Ejército israelí dice que ingresó suficiente asistencia a Gaza durante un alto el fuego de dos meses que Israel rompió a mediados de marzo cuando relanzó su campaña militar.
Israel dice que el objetivo del bloqueo es presionar a Hamás para que libere a los rehenes que aún mantiene. Indica que no permitirá que la ayuda vuelva a entrar hasta que se establezca un nuevo sistema que le dé control sobre la distribución, y acusa a Hamás de desviar suministros.
Estados Unidos dice estar desarrollando un nuevo mecanismo que comenzará las entregas pronto, pero no ha dado un plazo.
Hasta ahora Naciones Unidas se ha negado a participar. Niega que se esté produciendo una desviación sustancial de la ayuda, y alega que el nuevo sistema es innecesario, no satisfacerá las enormes necesidades de los palestinos y permitirá que la ayuda se utilice como arma para alcanzar objetivos políticos y militares.
Mahmud Alsaqqa, coordinador de seguridad alimentaria y medios de vida de Oxfam, instó a los gobiernos a presionar a Israel para que permita el “acceso humanitario sin impedimentos . El silencio ante esta inanición provocada por el hombre es complicidad”, denunció.
Sin tierras para cultivo
Los grupos humanitarios han suspendido la distribución de alimentos por falta de existencias. Muchos alimentos han desaparecido de los mercados, y lo que queda ha aumentado de precio y está fuera del alcance para la mayoría. Las tierras de cultivo están destruidas en su mayor parte o son inaccesibles. La distribución de agua está disminuyendo hasta detenerse casi por completo, en gran parte debido a falta de combustible.
Beth Bechdol, subdirectora de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, indicó que más del 75% de las tierras de cultivo de Gaza habían sido dañadas o destruidas, y dos tercios de los pozos utilizados para riego ya no operaban.
La destrucción, observó, está “llevando a estas grandes cantidades de personas más cerca de los números de hambruna que creemos posibles”. (AP)