La Justicia encontró responsable a Miguel Angel Franco, de 26 años, del asesinato del pequeño Nicolás Almada y le estableció una condena a reclusión perpetua, la máxima que estipula el código penal argentino.
Para el fiscal Iglesias, "Almada murió a raíz de la violencia física a la que fue sometido. Concretamente, recibió golpes de puño y patadas en todo su cuerpo, que le provocaron severos traumatismos externos y de órganos internos que le produjeron la muerte”.
El ataque que sufrió el niño, que tenía sólo seis años de vida, fue cometido en horas del mediodía del miércoles 16 de noviembre de 2016 en el interior de una vivienda ubicada en calle José Cibils al 6.300, que compartían la víctima y su hermana –también menor de edad–, la madre de ambos y el acusado.
Los funcionarios del MPA también se refirieron a las lesiones que sufrió la hermana de Almada. “En la misma casa y en el mismo momento, el acusado también agredió con golpes de puños a la hermana de Nicolás. Se trata de una niña que en aquel momento tenía 11 años, y que –a raíz de la agresión– sufrió lesiones en el cuero cabelludo y politraumatismos varios”, precisaron.
“Los dos menores fueron trasladados al hospital de Niños Orlando Alassia. Sin embargo, Nicolás llegó sin vida y su hermana quedó internada en observación y luego fue dada de alta”, relataron Iglesias y Marchi.
Tras la condena, Iglesias se mostró satisfecho y dijo además que el tribunal había tomado los "agravantes" planteados por el Ministerio Público Fiscal para llegar a la condena.
En tanto, la madre del niño resultó absuelta en el caso, mientras que fue sustancial el testimonio de la hermana del niño asesinado, declaró el fiscal a la prensa tras el fallo.