A horas de anunciar un plan de racionamiento de la electricidad ante los apagones sucesivos que golpean a Venezuela desde principios de marzo, ayer el presidente Nicolás Maduro anunció que el ministro de Energía abandonará el cargo.

El hasta ahora titular de la cartera, Luis Motta, será sustituido por Igor Gavidia, un ingeniero eléctrico de 65 años, expresidente de la estatal Electrificación del Caroni C.A. (Edelca), a quien el bolivariano describió como un "trabajador de la industria eléctrica, con 25 años de experiencia".

"Debe haber algunos cambios necesarios (...). Quiero agradecerle al compañero mayor general Motta Domínguez. Le ha tocado cuatro años de guerra incesante al frente del ministerio eléctrico" y de la estatal Corpoelec, dijo Maduro en un mensaje que fue transmitido por televisión.

Además, el mandatario chavista anunció la firma de un decreto para activar "un estado mayor eléctrico" encabezado por la vicepresidenta Delcy Rodríguez y el ministro de Interior y Justicia, general Néstor Reverol, el cual deberá buscar soluciones a la crisis y reforzar la seguridad de las instalaciones del sector en una nación en que los apagones son habituales desde hace más de una década.

La medida llega en medio de las protestas que no cesan ante los cortes de luz que provocan la falta de agua y que agudizan una crisis total del pueblo, que espera en enormes filas para conseguir alimentos en los supermercados, remedios en las farmacias, y que afronta una inflación récord de cifras impensadas.

Sin embargo, el gobierno no se hace cargo: su postura, pese a los cambios y las denuncias de falta de mantenimiento, sigue siendo lo misma. Maduro denuncia que la actual cadena de apagones se debe a "ataques terroristas" dirigidos por Estados Unidos con apoyo de la oposición venezolana para sacarlo del Palacio de Miraflores. Del otro lado, expertos eléctricos señalan que la infraestructura de electricidad sufre años de desinversión, falta de mantenimiento e incluso de repuestos y técnicos.

Cientos de venezolanos protestaron ayer en varios distritos de Caracas y el resto del país contra las persistentes fallas del suministro de electricidad y de agua.

"Estamos muriéndonos de sed. No tenemos luz tampoco, menos gas", dijo Andrés Bello Torres, de 70 años, quien llenaba dos envases plásticos con el agua de un contaminado río en Valencia. Dijo que la hervían para poder consumirla y que la utilizaban solo para cocinar porque no usaban los baños. "Las necesidades las estamos haciendo en papel periódico y botándolos por allí", relató conmovido.

"¿Por qué tenemos que vivir esto? Les aseguro que en la casa del presidente no falta ni el agua ni la luz (...) ¿Cómo un país sale adelante si sus ciudadanos pierden toda una semana buscando unos litros de agua o esperando unas horitas de luz?", dijo Katerine Talavera, una camarera de 25 años.

"Cada vez que se vaya la luz, que no tengamos agua, que no tengamos gas, ¿adivinen qué vamos a hacer? Vamos a protestar, vamos a exigir, vamos a salir a las calles de Venezuela porque es nuestro derecho", sostuvo el jefe del Parlamento, Juan Guaidó, en un acto en la Universidad Católica en el oeste de Caracas.

Guaidó, quien invocó la Constitución para proclamarse presidente interino en enero y es reconocido por docenas de países como el mandatario legítimo de la nación, agregó que Venezuela "no está polarizada, es la inmensa mayoría del país" la que protesta.

Fuente: La Nación